De injusticias y pesares

Hoy estoy muy triste, no por la derrota, porque enfrentarse a un gigante y perder por poco es una victoria, puede ver a la gente preocupada, preocupada de todas formas, los que se preocupaban por su país, los que se preocupaban por su bolsillo, pero mucho más triste aún los que fueron a votar preocupados, presionados, porque les dijeron que si el TLC no pasaba llamaran el lunes para ver si la empresa iba a abrir, a los que empresas que todos sabemos que no se ven ni beneficiadas ni afectadas por el TLC y devolvieron el favor político asustando a sus empleados, me duelen estas cosas, porque no son inventos, tengo un primo que fue despedido porque iba a votar NO! Y me pregunto ¿qué clase de cuchitril (porque a eso no se le puede llamar empresa) llega a esos extremos con un pobre trabajador que reporta salario mínimo con tal de que triunfe una postura? Yo no soy religioso, pero si hay infierno, se lo merecen. Ayer la libertad de elección fue maravillosa, muchas de las otras libertades individuales de mucha gente fueron pisoteadas.
No me queda más que agradecer a mi jefe, a la organización privada donde trabajo, porque lejos de lo que muchos creen los del no trabajamos, somos gente de progreso, de esfuerzo, solo que vemos el progreso desde una óptica diferente, no puedo más que agradecer la integridad, la falta de chantaje, la libertad de pensar, que lástima que no todas las empresas son así, pero en este mundo tanto las personas como las empresas al final la terminan pagando (recuerdan ENRON).
Para todos los trabajadores que votaron (ya sea Sí o No) bajo cualquier presión de sus patronos, como lo siento por ustedes, el que asesina la libertad de su pueblo por dinero, es más que un homicida, pero como dice Facundo:
“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo…”