Rincones Cotidianos

lunes, febrero 19, 2007

TLC Pasiones y Respeto

En lo que se refiere al TLC existen muchas pasiones encontradas.
Existen según lo veo tres vertientes ya sea a favor o en contra, Primera: la que yo llamaría “del NO Nunca jamás” o “del Sí Incondicional” según sea el caso, que van en contra de todo porque eso los hace sentir más revolucionarios y estarían en contra del tratado aunque fuera todo lo bueno que nuestros “imparciales medios de comunicación” se dejan decir o a favor porque que “cool” parecerse a los gringos y porque piensan como dijo Alberto Padilla (de CNN) el otro día: -“México es el segundo socio comercial de Estados Unidos” y yo me pregunto ¿y qué? ¿Qué ganan? Para eso una sabia frase que mi padre siempre dice “ser puta y no ganar nada, mejor ser mujer honrada” (aplica también para los “putos”, no hay machismo en este blog). Estos son caso perdido, de los dos lados, los extremos nunca son buenos. Segunda: la “del DESCONOCIMIENTO” que van en contra con las mejores intensiones de frenar las ideas expansionistas de los Yanquis, que la verdad no saben que dice el TLC, ni si los va a afectar positiva o negativamente, pero no están dispuestos a entenderlo, y se creen los miedos mal-infundidos que algunos mal-informadores les hacen resonar (en todos lados se cuecen habas), y los que están a favor porque como me dijo un taxista –“Ojala aprueben el tratado para que venga Estados Unidos y nos arregle esta porquería de calles” y piensan que con eso les va a “entrar el celular en todo lado” o si van a “llegar los mensajes” sin pensar que van a costar unas 100 veces más, o que dicen “¡Que bueno, vamos a ganar en dólares!” ¿Cuántos países en el mundo están llenos de miseria y ganan en dólares? Ecuador y El Salvador son sólo un par de ejemplos, que ganan miseria en dólares al igual que en mi amada Costa Rica muchos ganan miseria en coloncitos ¿Será que vamos a ganar lo que ganamos en colones pero en dólares? El salario mínimo va a andar por ahí de los 100 mil dólares mensuales, parece que algunos de verdad se lo creen. Estos me dan lástima a decir verdad, los de ambos lados, pero aún más los que bajo el desconocimiento sucumben ante la maquinaría propagandística o mejor dicho publicitaria, pues según me contaron por ahí en un curso la diferencia entre propaganda y publicidad es que esta última es pagada y no me la creo que nadie se esté ganando nada con la campaña de mal-información, así que simpatizo más con los que son mal-informados de “a gratis” que con los que resultan el producto de un complot.
Por último están (esperaría poder decir estamos, pero es muy presuntuoso, “al rato” estoy en las primeras dos categorías) los que tienen una opinión formada, entre los que se encuentran a favor veo tres grupos, Primero el de los que piensan que va a ser bueno para el país, opinión que no comparto, pero a quienes respeto profundamente por pensar en el bien de todos. Segundo el de los que piensan que como tienen un título universitario el tratado va a ser bueno para ellos y “alguien tiene que perder y como no soy yo, no me importa” por su bien y si se aprueba que Dios los oiga, porque sino se van a arrepentir más que nadie, pues uno no puede nunca tener la certeza de donde pisarán sus pies en el futuro. Y tercero los que están seguros que ganarán (pues alguien les ayudó con el encarguito durante las negociaciones) que no les importa nada ni nadie, y que piensan como dice Eduardo Galeano que “cuando este planeta deje de ser rentable, pues nos mudaremos a otro”, pues que les diré de estos últimos ¿Verdad que se merecen mi odio?
Por otro lado los que están en contra que se clasifican en dos grupos, Primero los que creen o los que están seguros que el tratado los va a perjudicar y van a luchar contra él hasta la muerte y no les importa quien tenga que morir en el camino, algunos por sobrevivir (lo cual es realmente justo, y cuentan con mi admiración, yo estoy dispuesto a luchar -cívicamente hablando- por ellos) y otros por mantener sus privilegios (con quienes realmente no simpatizo, para nada)
Y Segundo los que pensadamente están en contra del tratado porque creen (quisiera decir creemos) que no es bueno para el país y que lo que va a hacer es cada vez más ricos a los ricos y más pobres a todos los demás, que garantiza la existencia de las grandes transnacionales y condena la de las PYMES, que pone en peligro nuestros recursos naturales y el acceso de las minorías a los servicios básicos, pues a estos últimos además de que los y las admiro, cuentan con mi apoyo y sepan que estoy con ustedes y que agradezco que se manifiesten por mis derechos al igual que yo se que ustedes agradecen que yo me manifieste por los suyos.
A los que no se quieren manifestar porque no están de acuerdo, pues gracias de antemano por la comprensión y disculpen las molestias. A los que no lo hacen porque creen que “uno más, uno menos, da igual” pues los invito a que lo recapaciten, que luego no se lamenten, porque no hicieron todo lo posible. A los que lo hacen, mesura, no a las provocaciones y sí al derecho que tenemos todos de manifestarnos de forma pacífica, yo se que a veces es duro sentir la impotencia, pero cuando me da demasiada ira siempre trato de repetirme una frase que me hace recuperar la cordura.


“Viva siempre el trabajo y la paz”

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