Rincones Cotidianos

domingo, enero 06, 2008

El sendero

A lo lejos una pequeña lamparita iluminaba el camino, lleno de árboles pero más lleno de oscuridad, ella se aferró fuerte a su mano, él se sintió bien, se sintió importante, se sintió protector, eso que a los hombres nos encanta, por más machista que parezca. Cuando dieron la vuelta en la esquina la imagen se tornó cada vez más lúgubre, el viento soplaba fuerte y el frío completaba la escena ¿Por qué tenemos que pasar por aquí? -preguntó ella- Bien sabes que este es el único camino posible- replicó él haciéndose el fuerte- aunque por dentro estaba igual de asustado, había recorrido ese sendero cientos de veces, nunca le pareció tan tenebroso como esa noche, -bien sabes que vale la pena- afirmó él y la tomó por los hombros, ella asintió.
Siguieron su camino presurosos, hace varios años ya que las parejas no subían a la montaña por la noche, la vista era hermosa, pero el riesgo de terminar asaltado o hasta muerto había puesto un portón invisible al lugar, pero ellos tenían una historia que debían terminar y la verdad no importaba si los asaltaban o hasta mataban, aquello era más importante.
Tenían ya varios años de conocerse, desde una vez que tropezaron en un pasillo de la universidad y de ahí en adelante siguieron tropezando juntos muchas veces en la vida y de muchas distintas maneras, hasta que llegaron a entender que en verdad cada uno estaba caído por el otro, dejaron esa farsa de estarse poniendo de pie y decidieron caer con gracia y de paso disfrutar del golpe.
Ella era muy sofisticada para él, sabía de moda, tocaba piano, sabía 4 idiomas, había viajado a Europa, apreciaba el arte, era toda una dama, él por su parte era un tipo simple, sencillo, callado, que sabía apreciar la belleza de la vida, pero huía de las frivolidades, apreciaba el arte que no llegaba a comprender y siempre quiso ser un artista, pero no llegó más que a médico, pero no tenía la clase para que esta clase de chica pusiera los ojos en él, eso le quedaba claro a todo el mundo menos a la chica en mención .
Entre más caminaban esa noche ella más lo admiraba, no se podía negar que tenía empeño, lo que más le gustaba de él era esa determinación, que lo llevaría a conquistar el mundo, no le cabía ninguna duda. Con el tiempo había aprendido a conocer su andar, sabía cuando algo le molestaba golpeaba más duro de lo necesario los pies contra el piso, zapateaba que se dice, cuando estaba feliz daba muchos pasos cortos, cuando estaba triste alargaba los pasos lentamente, como para rendirlos, esa noche caminaba más bien con algo de ansiedad, si bien es cierto el camino no tenía mucho que disfrutar era extraño en él, pues aunque era una persona que se ponía metas, normalmente le gustaba disfrutar el camino, sacarle el jugo al momento.
Aveces el amor llega hasta donde la admiración mutua soporta, no puedes amar a alguien a quien no admiras, el amor es admiración del otro y admirarse de lo que uno mismo es capaz de hacer por esa otra persona, y algunas veces eso de caminar por los senderos más oscuros hace que aprendas a admirar esa oscuridad profunda[...]

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5 Comments:

  • Hermosa historia.. es cierto, no se puede amar a quien no c admira.

    BTW.

    Los mejores deseos y q todo lo que te propongas para este año se haga realidad también.

    Saludos.

    By Blogger akxi, at 9:24 a. m.  

  • Con tal de tener cuidado de que la admiración no se convierta en idolatría, pues se corre el riesgo de dejar de creer en uno mismo.

    Admirar lo verdaderamente espiritual sin entrar en materialismos es tarea muy complicada, pero cierto tu post.

    Un rayo de luz

    By Blogger Haz de luz, at 12:59 p. m.  

  • hola! me gustó mucho, invocó recuerdos...
    nos vemos!
    Saludos

    By Blogger la pequeña cris..., at 9:56 a. m.  

  • Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    By Blogger Unknown, at 1:41 p. m.  

  • Ufff hace años no vengo por aquí... bonita historia... como que la he vivido. Un abrazo!!! ¿cuándo son?

    By Blogger Sirena, at 1:48 p. m.  

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